Ruta en moto por los Alpes: los Dolomitas
Ruta en moto por Granada: altura y paisajes inolvidables
Nuestra última ruta en moto por Granada nos dejó algo más que kilómetros recorridos: nos dejó momentos inolvidables. Como siempre, evitamos las autopistas y apostamos por carreteras de curvas, esas que nos conectan con el paisaje y la emoción de montar en moto. Nos alojamos en un hotel cómodo y bien situado, muy cerca del centro, ideal para descansar y aprovechar al máximo los dos días intensos de ruta que teníamos por delante.
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Desde el embalse de Béznar hasta la Alhambra
El primer día de nuestra ruta en moto por Granada arrancó hacia el embalse de Béznar, cruzando paisajes que ya prometían un día espectacular. Pasamos por Lanjarón, con sus aguas legendarias, y seguimos hacia Soportújar, ese pueblo de brujas que siempre da que hablar. Y la subida hasta Trevélez, uno de los pueblos más altos de España y famoso por su jamón, fue tan rápida como divertida.
La ruta continuó por carreteras poco transitadas hacia Almegíjar y se hizo una pausa en el restaurante Venta del Tarugo para recuperar fuerzas. De ahí nos dirigimos a Turón y al pantano de Benínar, donde el paisaje se volvió aún más árido y espectacular. La subida al puerto de La Ragua entre curvas cerradas y pinares nos dejó sin aliento y no sólo por la altitud.
Luego vino uno de los platos fuertes de esta ruta en moto por Granada: Gorafe y su desierto, antesala del mirador de los Colorados –al que solamente se accede por pista de tierra–. Ese lugar parece de otro planeta; y su paleta de rojos y ocres hizo que nos detuviéramos un largo rato. La jornada culminó de la mejor manera: llegamos a Granada justo a tiempo para contemplar la Alhambra desde el mirador de San Nicolás bajo los últimos rayos del sol.
Los escarpes del desierto de Gorafe se asemejan a murallas con bastiones inexpugnables.
Una ruta en moto por Granada nunca decepciona
Al día siguiente, más montaña. Subimos a Sierra Nevada por Pinos Genil, bordeamos el embalse de Canales y nos detuvimos en un mirador que ofrecía vistas espectaculares del pico Veleta. Después, alcanzamos la Hoya de la Mora, donde el aire se vuelve más puro y frío. Y un café en la estación de esquí nos recargó las pilas antes de iniciar el descenso.
Para cerrar la experiencia, regresamos a la capital granadina por carreteras secundarias, alejados del tráfico, con la satisfacción de haber vivido una ruta intensa, paisajística y auténtica. Sin duda, una ruta en moto por Granada no decepciona nunca.
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12 de junio de 2025. Texto y fotos: Discoverybike.